Under my Skin

martes, 20 de marzo de 2007

Hacia Coyhaique


Las 8:30 hrs y stamos saliendo de Puerto Tranquilo. Doña Inesita se las mandó con el desayuno, pan amasado, leche con café, huevos de campo, grandes y amarillitos, mantequilla, también de campo más dulce de murtilla casero, que tal?.
Abrazos y besos y chaito nomás, welvan cuando quieran.

9:20 y de pasada vemos Murta, un pueblito de 587 habitantes, tranquilo. Tomamos algunas fotos en la plaza, un poco de uva y manzanas pal camino y listo. La fruta por estos lados escasa y cara.

El camino hacia Villa Cerro Castillo es mas bien fome, comparado con el camino entre Cochrane y Puerto Bertrand que es maravilloso, es un camino para repetir de todas maneras, quedarse en Puerto Bertrand y hacer todos los paseos que recomedamos ayer.

11:00 hrs y nos detenemos a sacar fotos en un cementerio de árboles muertos, eso es triste por estos lados, mucho bosque de árbol nativo muerto por incendios.

Las 16:00 hrs y llegamos a Coyhaique, esperaba más de este lejano poblado, sin embargo pienso que es un pueblo sin identidad, no tiene sello.

El cruce por el parque nacional Cerro Castillo es bello, lleno de lengas en crecimiento y de colores verdes frondosos que ya se asoman al cambio rojizo otoñal, no avistamos ningún huemul y en general no hemos visto animales salvajes, solo liebres.

En Coyhaique solo nos detenemos por un té, postear los últimos escritos y nos vamos ya a las 17:30 hrs.

Las 19:30 hrs y estamos entrando en Aysen, pueblo misterioso y lleno de cosas por descubrir, como por ejemplo, porqué su gente joven se siente tan absolutamente depresiva?.

El pueblo se ve bien, no percibo ningún aura negativa y el movimiento indica lo contrario de lo que se transmite, en el sentido de las oportunidades, de hecho se ve bastante comercio, lo que no encontramos por ningún lado es alojamiento.

Damos vueltas y vueltas por las mismas calles, Tronix me tiene mareada de tanto pasar y pasar por las mismas calles, no intervengo, ayer me anduve resfriando algo en ese helado ventisquero y la pasada en la mañana por Puerto Ibáñez, pueblo endemoniadamente helado y con viento que no te deja peluca parada, terminó por bajar mis defensas, me recordó Punta Arenas.

Finalmente encontramos un hotel que nos puede alojar. Tronix está en los comedores engañando el diente, yo aprovecho el wifi del hotel para escribir un par de letras.

Ya tomé un tapsín, mañana debo estar enterita, objetivo Puyuhuapi, uno de los puntos mas esperados por mi, y en el mapa, mucho atractivo por ver, ventisqueros colgantes, senderos en parques nacionales …. Mucha aventura por vivir aún.

Espero que esta noche no sea tan movida, recién un temblorcito para bailar, grado 3, mal que mal stamos en el epicentro mismo del movimiento.

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