Under my Skin

jueves, 22 de marzo de 2007

Puyuhuapi !!!

Finalmente la Sra. Ninoska de la casona nos convenció de visitar las famosas termas de Puyuhuapi. Obedientes, nos fuimos al embarcadero a tomar la lanchita que nos cruzaría.

El día, para variar, hermoso, según Tronix parecemos Tristón y su amigo, pero en vez de llevar la nube gris con rayo encima de la cabeza, vamos con el sol abriendo camino, que coincidencia? … jajaja.

El día fue redondo, 7 minutos demora en cruzar la lanchita, que en esta oportunidad solo cruzó con nosotros, (5 lucas ida y welta).

En llegando al super spa, nos registraron y escogimos día de spa, nos fuimos a lo grande dado que el valor incluía los jacuzzi, piscina techada, piscinas descubiertas, todo. 20 lucas per capita el chiste, pero bien vale la pena.

Luego a Tronix le entró el poderoso y decidió que además almorzaríamos en el hotel … juas, 16 LUCASELMENU!!!!, weno, total, cuando más te darás este gusto?.

En la mañana nos fuimos de jacuzzi, masaje de hidroterapia y piscinas descubiertas, cuando quedamos arrugados de tanta agua termal, nos fuimos al mangie.

El menú fue de miedo, entrada de verduras varias bañada en una huifa de miel … rica, luego salmón con puré de coliflaguer en salsa de vino … exquisito!!!. Tronix pidió postre, patuíto, ensalada de fruta.

Por la tarde nos fuimos a las piscinas techadas con jacuzzi, dormimos siesta, avistamos al Aquiles, fotos varias y lo mejor de todo …. Todo para nosotros solos, lo pueden creer?, yo tampoco, un par de pasajeros locos por ahí nos cruzamos en los jardines, entre las caminatas pero el spa estuvo a nuestra disposición enterito solo pa nosotros.

La Blandlot anda por estos lados, así que tiene a medio Puyuhuapi revolucionado, claro es que no se aguantó la envidia de vernos por acá aprovechando todo esto solos … jajaja. Nosotros en el Jimmy, ella en el Aquiles, que tal.

De regreso de las termas, me vine manejando la lanchita, … en serio!!!, el chico me pasó el volante, no es egoísta como Tronix, así que llegamos sanos y salvos después de unas cuantas weltas al fiordo … jajajaja.

En el pueblo nos fuimos derechito al café Rossbach por el té con strudel, ese que el gringo mala clase no nos dejó ni la muestra ayer.

Este poblado tiene historia, se inició con colonos alemanes y aún quedan sus descendientes, uno de ellos el dueño de la fábrica de alfombras, otro es nieto y tiene el café que ya mencioné. Lo mejor de todo es que nos enteramos hoy al desayuno que la casona donde estamos alojando es la primera casa que construyeron estos colonos. Con razón está estratégicamente ubicada y es inmensa, se construyó entre los años 1946 al 1950. Tronix escribió una pequeña reseña de la historia del poblado, ya instalaré el link.

Me encantó Puyuhuapi, es hermoso, su vegetación, sus casas, su identidad, todo, es un lugar mágico.

La Sra. Ninoska ya nos llamá para cenar, mañana madrugamos para ver el ventisquero colgante y luego seguimos camino, después de este reponedor descanso, seguimos nuestra ruta.

Intentamos postear desde el café, pero tienen Internet vía teléfono y la velocidad es del tiempo de las cavernas, así que seguirán acumulándose los escritos hasta encontrar un tarro decente.

Ventisquero Colgante ...

Las 8:30, saliendo hacia el ventisquero, el día está cerrado, igual nos aventuramos. Antes tomamos fotos a las casonas principales del poblado, la de los colonos.

Listo, hay lloviznilla, de esa que moja, las 9 y algo y los guarda parques brillan por su ausencia, andaban carreteando … jajaja, digo, inspeccionando arbolitos.

Nos avisan de que lo mas probable es que no podamos avistar el ventisquero porque el día está cerrado, de todos modos haremos los senderos.

No nos equivocamos, este parque es precioso, muy frondoso, húmedo, lleno de helechos y nalcas, el suelo tiene una alfombra de musgo amarilloso denso, esponjoso, hermoso.

Un puente colgante nos lleva hasta el embarcadero donde podemos tomar el bote que nos puede dar un paseo por la laguna Tempano, que está abajo del ventisquero, decidimos no hacerlo dado que no veremos nada.

De todas formas nos las arreglamos para unas buenas tomas del ventisquero, luego les contaremos como … jajajaja.

De regreso a Puyuhuapi, antes de partir camino hacia Chaitén. A Tronix se le antoja el último cafecito alemán con tarta, nos dirigimos hacia allá, y nos cruzamos con la comitiva Blandlot, y claro adivinen que?, arrasaron con los cafecitos y tartitas, na que hacer, solo el Jimmy se va pochito, nos espera, mas de 300 kilometros de ripio, unas 6 a 7 horas antes de llegar a Chaitén.

Hermoso esta reserva Queulat, luego de Villa O’higgins lo mas bonito que nos ha tocado ver, mucha vegetación, mucha tranquilidad, un poblado con historia y con mucha identidad. Para volver.